El sello de formalidad en la evaluación pretendía acercar a los jóvenes a su futuro laboral.

El pasado 5 de julio, los estudiantes de Valparaíso de la carrera Ingeniería Comercial USM realizaron sus presentaciones de fin de semestre correspondiente a la asignatura Taller de Evaluación Privada de Proyectos en el auditorio ubicado en el edificio T del Campus Casa Central Valparaíso. Este curso se impartió a más de 120 estudiantes y su propósito principal consistió en lograr que los alumnos desarrollaran la capacidad de evaluar cualquier tipo de proyecto que se les presente tanto ahora en su vida académica como en el futuro, cuando ejerzan su profesión.
El profesor a cargo del curso, Manuel Ulloa, menciona “mi enfoque respecto al curso es que para los y las estudiantes sea parte natural de su análisis poder identificar las distintas etapas de la evaluación de proyectos y cómo desarrollarlas tanto en forma individual como con el apoyo profesional correspondiente para efectos de un trabajo post universidad”, explicó el docente encargado de impartir el ramo dividido en tres paralelos.
Debido a la cantidad de alumnos, se presentaron veinte grupos en el salón T del Campus Casa Central Valparaíso desde las 9:30 de la mañana hasta las 7:00 de la tarde, ya que el tiempo requerido constaba de diez minutos de presentación y diez minutos de ronda de preguntas.

Por otra parte, la estudiante Anaís Fuentes, compartió su experiencia en la actividad y declaró que “participar en este ramo me pareció algo super innovador, nunca habíamos tenido una presentación así en un salón, entonces nos preparamos con mucha anticipación, nos repartimos lo que teníamos que decir y la verdad es que valoro mucho que saliéramos de lo tradicional con este ramo, y en vez de tener tantas cátedras y pruebas, enfrentarnos a la realidad”, opinó.
La evaluación tuvo un sello de formalidad con el objetivo de enfrentar a los alumnos a lo que deberán hacer en el futuro, ya que tienen que ser capaces de presentar su trabajo y defenderlo ante sus superiores. Tal como aseguró el profesor Manuel Ulloa, “de una manera clara y efectiva, el toque de formalidad es porque, si se preocupan de tener algún grado de formalidad en sus presentaciones laborales, siempre dejarán una mejor impresión a sus futuros jefes o directores”, comentó.
Con la finalidad de que los estudiantes fueran aprendiendo y creciendo en el transcurso de la asignatura, se hicieron dos presentaciones; la primera se realizó a mediados del semestre y fue informal en la sala, mientras que la segunda fue formal en el salón T. La idea era que con la primera ya tuvieran el feedback correspondiente para que la segunda fuera lo más cercano a la realidad laboral, además la evaluación concluyó con un coffee break para los estudiantes.