El mecanismo tradicional de evaluación de proyectos es, que duda cabe, el VAN, el cual valora a una determinada tasa los flujos de un proyecto. La teoría permite que dicha tasa sea función de cómo estos flujos aportan en una cartera diversificada de proyectos del tomador de decisiones. Sin embargo, lo que el VAN estándar no permite es valorar la flexibilidad que un proyecto puede presentar antes escenarios contingentes futuros. En otras palabras, el criterio del VAN implícitamente supone que el proyecto no puede ser modificado dinámicamente en respuesta a información futura que se va revelando. Para ser claros esta flexibilidad siempre estuvo presente en los proyectos en la práctica, lo que no se ha hecho tradicionalmente es valorar esta flexibilidad al momento de iniciar un proyecto. Las opciones reales permiten darle valor a esta flexibilidad y, por tanto, mejora la toma de decisiones en una fase inicial. Así las cosas, lo que genera valor es la flexibilidad que un proyecto puede presentar ante escenarios contingentes futuros, la tecnología de opciones reales permite aproximar ese valor subyacente.
Por ejemplo, con el mecanismo tradicional, el VAN, al comparar dos proyectos A y B, se prefiere el que genera un mayor valor presente esperado a la tasa relevante, lo que puede conducir a preferir, digamos, el proyecto A. Sin embargo, este proyecto puede no darles a sus encargados la posibilidad de reaccionar frente a contingencias, cosa que si hace el proyecto B, de manera que al valorar esta flexibilidad se podría preferir el proyecto B al A.
Es importante notar que, al evidenciar el valor de esta flexibilidad, el diseño mismo de los proyectos puede cambiar, optimizando la flexibilidad que cada proyecto debería presentar. Esta lógica no sólo ayuda a incrementar el valor de un proyecto, sino que también facilita su valoración en mercados financieros, más acostumbrados estos últimos a la valoración de opciones.
Una valoración correcta de un proyecto siempre ha sido deseable, pero es especialmente necesaria cuando existe escasez de oportunidades de financiamiento. En escenarios de estrechez de financiamiento es especialmente importante tomar buenas decisiones iniciales respecto a la cartera de proyectos a financiar y las opciones reales nos ayudan en este desafío.