Johana Vásquez

Estay Consulting
Ingeniera Comercial USM

Desde sus inicios en la Universidad Técnica Federico Santa María (USM) hasta la fundación de Estay Consulting, Johana Vásquez y Christian Estay comparten su inspiradora trayectoria profesional y personal que los llevó a destacarse en el ámbito internacional.

Johana y Christian, fundadores de Estay Consulting, tienen una historia única que combina amor, academia y emprendimiento. Ambos se conocieron mientras trabajaban como profesores en el Campus Guayaquil de la USM. Johana, chilena, y Christian, radicado en España desde 1997, encontraron en Ecuador el punto de partida para un proyecto profesional y personal que hoy los tiene como referentes en innovación estratégica.

“Mi formación en la USM fue clave para abrirme al mundo,” comenta Johana. “La mentalidad analítica y la capacidad de adaptarme a distintos contextos culturales han sido fundamentales en mi carrera.”

Christian, por su parte, destaca cómo la USM lo preparó para enfrentar desafíos internacionales. “La USM no solo te enseña conocimiento técnico, sino que te da la tranquilidad para abordar cualquier aventura. Esa base sólida ha sido esencial en mi camino.”

Trabajar en el extranjero no está exento de desafíos. Para Johana, uno de los mayores obstáculos ha sido la distancia con su familia en Chile. Además, adaptarse a las diferencias culturales y comunicativas en cada país ha sido un aprendizaje constante.

Christian resalta la importancia de la humildad al enfrentarse a nuevas culturas. “Es clave respetar las diferencias y aprender de ellas. Como chilenos, a veces caemos en la soberbia, pero la humildad abre puertas y construye relaciones auténticas.”

Valores sansanos: El motor del éxito internacional

Ambos coinciden en que la formación en la USM fue crucial para desarrollar habilidades técnicas y valores esenciales para el éxito. “La ética, la dedicación y el enfoque en la excelencia son pilares que aprendí en la USM y que aplico diariamente,” asegura Christian.

Johana añade que la resiliencia y la capacidad de solucionar problemas complejos son herramientas que adquirió en su paso por la universidad. “La formación en la USM no solo es técnica, sino también humana. Eso marca la diferencia.”

En relación a qué recomendarían a otros sansanos que buscan trabajar en el extranjero, son claros. Para Christian, es esencial confiar en la formación integral de la USM y valorar cada asignatura como parte de un todo que será útil en el futuro.

Johana, por su parte, destaca la importancia de la resiliencia, la adaptabilidad y la humildad. “El camino no siempre será fácil, pero cada desafío es una oportunidad para crecer. Escucha, aprende y mantén los pies en la tierra. Eso te llevará lejos.”

Desde su experiencia, Johana y Christian inspiran a otros sansanos a mirar más allá de las fronteras, demostrando que los valores y habilidades adquiridos en la USM pueden abrir puertas a un mundo lleno de posibilidades.

Conoce Estay Consulting aquí

Francisco Villegas

Coding Chikens
Ingeniero Comercial USM

El Ingeniero Comercial USM fundó “Coding Chikens”, empresa de desarrollo de software especializada en transformar las ideas de los clientes en productos digitales. 

Hace dos años, Francisco Villegas junto a tres socios fundaron “Coding Chickens”, con el objetivo de educar a la comunidad sobre el desarrollo web. Actualmente se desempeña como Chief Marketing Officer y forma parte del comité mesa emprendedora de la Cámara de Comercio de Santiago (CCS), donde ha adquirido colaboración por parte de socios emprendedores.

Francisco: ¿cómo nace Coding Chikens, cuál es el foco de la empresa y de qué manera contribuye a nuestra sociedad?

“Coding Chickens fue fundada hace dos años por Boris González, Ingeniero Informática de la Universidad de Chile  y desarrollador fullstack con más de 13 años de experiencia, junto con Camila Valenzuela, Socióloga de la Universidad de Chile;  Melissa Vildosola, Licenciada en Literatura y contadora; y quien les habla.  

Somos un equipo multidisciplinario, el enfoque de las distintas áreas de estudio de cada uno nos ayuda a entender mucho mejor los requerimientos del cliente. Todos a parte de nuestras carreras somos programadores, ya que es un requisito aprender a programar. Actualmente somos un equipo de 10 personas. 

Creamos Coding Chickens con el objetivo de ser más que una software factory o un servicio de TI. Nos enfocamos en educar tanto a la comunidad como a nuestros clientes sobre el desarrollo web, que para muchos es desconocido. 

Nuestro enfoque es actuar como un puente de conocimiento, desmitificando la tecnología y haciéndola accesible para todos. A través de talleres, webinars y recursos en línea gratuitos, promovemos la inclusión digital y capacitamos a personas y organizaciones para los desafíos del futuro digital. De tal manera buscamos no solo el éxito comercial, sino también tener un impacto positivo y duradero en la comunidad”. 

En la misma línea de lo conversado, ¿qué herramientas has utilizado en la implementación de tus campañas de manera innovadora y creativa? 

“Nuestra imagen en la web busca presentarnos de una forma más cercana y lúdica que las tradicionales software factory y servicios de TI. No solo entregamos un producto, sino que también educamos en el proceso. Por ello, hemos implementado múltiples cápsulas informativas, recomendaciones, publicaciones lúdicas e interacciones que no necesariamente están relacionadas con el software. Además, contamos con una mascota icónica, “Enter the Chicken”, que nos ayuda a ser fácilmente reconocibles, no solo por nuestro trabajo, sino también por nuestra personalidad y enfoque educativo. 

Además, entendemos profundamente el marketing digital y el uso de redes sociales como herramientas cruciales para llegar a nuestro público objetivo sin la necesidad de invertir grandes sumas de dinero, adaptando el mensaje dependiendo del público. Apostamos por la creatividad y el valor añadido, ofreciendo contenido que no solo promociona nuestros servicios, sino que también educa y aporta valor a la comunidad. Esta combinación de innovación y educación nos permite destacar en un mercado competitivo”.

Hace un tiempo, son parte de la institución gremial de la Cámara de Comercio de Santiago (CCS), ¿qué significado tiene para ustedes esta atribución y cómo han operado? 

“Fuimos invitados por un cliente a la Cámara de Comercio de Santiago. Quedé encantado con el ambiente y la posibilidad de aportar al gremio, así como de hacer networking con empresas de distintos rubros y tamaños, todo ello respaldado por la seguridad que ofrecen. 

Además, por nuestro espíritu de ser un aporte a la comunidad, nos inscribimos en el comité de mesa emprendedora. Este comité proporciona un espacio de encuentro dedicado a la colaboración, donde los emprendedores socios de la cámara pueden intercambiar experiencias, promover y adoptar buenas prácticas mediante la transferencia activa de conocimientos, habilidades y herramientas. 

Formar parte de la Cámara de Comercio de Santiago nos ha permitido no solo expandir nuestra red de contactos, sino también contribuir activamente al desarrollo y fortalecimiento del ecosistema empresarial local. Participar en estos espacios de colaboración y aprendizaje continuo es fundamental para nuestro crecimiento y para seguir innovando en prácticas empresariales”.

El 2020 te titulaste como Ingeniero Comercial de nuestra Casa de Estudios, ¿qué valoras de la Institución y cómo esta te ha permitido desempeñarte exitosamente en el área de innovación y marketing? 

“Creo que el sello distintivo de la USM, que incluye el pensamiento crítico y la capacidad de resolución de problemas, ha sido fundamental en mi desarrollo profesional. La formación en la USM me enseñó a abordar cada desafío como un problema de optimización, lo que me ha permitido maximizar los beneficios de estrategias innovadoras sin necesidad de grandes recursos.

Esta formación me ha dado las herramientas para utilizar el marketing digital de manera efectiva, y también me ha proporcionado una base sólida para dedicarme al desarrollo de software. La capacidad de abordar problemas complejos y encontrar soluciones innovadoras ha sido crucial para desempeñarme exitosamente en el área de innovación y marketing. La educación que recibí en la USM me preparó no solo para enfrentar desafíos técnicos, sino también para liderar proyectos y equipos con una perspectiva analítica y orientada a resultados”.

Conoce Coding Chikens aquí

Javiera Reyes

Fundadora de Rincón Nativo 🇨🇱
Ingeniera Comercial USM

Javiera Reyes Ortiz es ingeniera comercial de la Universidad Técnica Federico Santa María y fundadora de Rincón Nativo, un mercado consciente que nació en 2021 en plena pandemia. Hoy, este emprendimiento cuenta con un e-commerce, dos tiendas físicas, una tercera en proceso de apertura, además de una línea de productos propios y otra de ventas al por mayor. Su propuesta se basa en la venta a granel, libre de plástico y sin compra mínima, con un fuerte compromiso medioambiental, además de aportar al bienestar integral de las personas que están sujetas a alguna condición aliementaria.

¿Cómo nace Rincón Nativo y qué la inspiró a crear este proyecto?

Rincón Nativo surge como un mercado consciente que busca contribuir al bienestar de las personas y al cuidado del medioambiente a través del consumo cotidiano. La idea es que lo que utilizamos o consumimos diariamente en nuestros hogares pueda generar un impacto positivo y responsable.

Su origen se remonta a mis últimos años en la universidad. Comencé vendiendo algunos productos como quesos, miel y semillas desde un carrito. Empecé con tres productos, luego pasé a doce, y aunque era algo pequeño, ya existía en mí ese espíritu emprendedor. Posteriormente, junto a mi esposo —quien ha sido parte fundamental del proyecto— nos distanciamos temporalmente de esta idea.

Durante la pandemia, mientras aún trabajaba como dependiente, decidí retomar el proyecto, pero con un enfoque más claro y alineado con mis valores: debía ser un negocio con propósito, sustentable y coherente con mi estilo de vida. Así nació Rincón Nativo, y desde entonces ha crecido de manera significativa. La clave fue transformar algo que me llenaba el alma en mi sustento de vida.

¿Cuáles fueron los principales desafíos en esta trayectoria?

El principal desafío, sin duda, ha sido el capital. Y no solo al inicio: es un desafío constante. A medida que un negocio crece, surgen nuevas ideas, proyectos, necesidades de expansión, y todo requiere recursos. Comenzamos con apenas 250 productos y cada peso que me sobraba de mi sueldo se invertía en el negocio. No había vacaciones, salidas ni lujos. Todo era para el proyecto. Además, hubo endeudamiento.

El segundo gran desafío fue el tiempo. En ese entonces trabajaba en un empleo exigente y estudiaba un diplomado en sustentabilidad. Durante el primer año del negocio, viajaba todos los viernes desde Valparaíso a Coquimbo para atender personalmente la tienda, y regresaba a las cinco de la mañana del lunes para retomar mi trabajo habitual. El tiempo disponible era escaso y la carga física y emocional, alta.

Por eso distingo dos grandes ejes: el factor capital, vinculado al negocio, y el factor tiempo, vinculado a lo personal. Ambos siguen siendo desafíos incluso hoy.

Todo ese esfuerzo inicial ha valido la pena, hoy estoy dedicada 100% a Rincón Nativo y nos permite como familia vivir de esto, pero ahora, sin levantarse a las 5 a.m.

Rincón Nativo tiene un fuerte enfoque en la venta libre de plástico. ¿Cómo ha respondido el mercado a este modelo y qué impacto ha tenido en la comunidad?

Creo que, especialmente entre las nuevas generaciones, hay una creciente conciencia sobre el impacto de nuestras decisiones cotidianas. Siempre pregunto: ¿Te has detenido a pensar cuánto plástico llevas a casa después de hacer las compras en el supermercado? En Rincón Nativo buscamos responder a esa inquietud, ofreciendo una alternativa realmente ecoamigable.

Hay dos tipos de clientes: los que están alineados con nuestros valores medioambientales y los que, por una razón más práctica —como el precio—, prefieren nuestros productos. Afortunadamente, nuestros precios son muy competitivos.

Sin embargo, las generaciones más adultas a veces muestran resistencia al cambio. Por eso hemos incorporado un nuevo pilar en nuestra tienda: educación y conciencia. Estamos convencidos de que es necesario educar no solo a nuestros clientes, sino también a la comunidad en general, sobre las consecuencias de nuestras acciones en el entorno.

Desde 2021, el crecimiento de Rincón Nativo ha sido notable. ¿A qué atribuye esta expansión y cuáles son los planes a futuro?

La perseverancia ha sido clave. El emprendimiento no es fácil y sus frutos no se ven de inmediato. Se necesita constancia, adaptabilidad y visión de largo plazo. Muchas personas creen que en pocos meses podrán retirar utilidades, pero si se quiere crecer, hay que reinvertirlo todo.

También ha sido fundamental la capacidad de adaptarse a las nuevas necesidades del mercado, sin perder nuestra esencia. Por ejemplo, incorporamos una línea de productos para personas con restricciones alimentarias, lo que dio origen a nuestro segundo pilar: el bienestar integral e inclusivo.

Otra lección ha sido saber cuándo delegar. No se puede hacer todo solo. Es importante rodearse de personas expertas, construir una buena red de contactos y buscar apoyo profesional cuando sea necesario.

¿Qué mensaje compartiría con quienes están pensando en emprender, especialmente en áreas ligadas a la sostenibilidad?

Invitaría a las nuevas generaciones a proyectarse: ¿Qué huella quieren dejar? Para mí, ser emprendedora es más que un trabajo, es un sentido de vida. Me hace feliz, me llena el alma, y me permite ser una agente de cambio.

A los jóvenes les diría que no dejen de soñar, pero que también piensen cómo convertir esos sueños en realidad. Soñar está bien, pero ejecutar con propósito y perseverancia es lo que marca la diferencia.

Como mujer emprendedora, ¿cómo ha sido su experiencia en el contexto actual y cuál es su visión del emprendimiento en Chile?

Mi vida hoy gira completamente en torno a este proyecto. Es gratificante sentir que haces algo que amas y que, al mismo tiempo, tiene un impacto positivo.

Respecto al emprendimiento en Chile, considero que el verdadero desafío no es iniciar, sino mantenerse. Hay mucha informalidad, falta de educación financiera y poco apoyo a la formalización. Eso debería enseñarse desde la escuela.

Además, enfrentamos una fuerte competencia con grandes cadenas que tienen horarios amplios y miles de productos. La única manera de competir con un “pez grande” es marcando la diferencia. Y ahí está el desafío: ofrecer valor real, innovar, educar y mantenerse fiel a la esencia del proyecto.

Conoce Rincón Nativo aquí

Ignacio Barros

Fundador de Cosméticos Kénos 🇨🇱
Ingeniero Comercial USM

Ignacio Barros, ingeniero comercial titulado de la Universidad Técnica Federico Santa María, es el fundador de Cosméticos Kénos, una empresa chilena que desarrolla productos para el cuidado de la piel a partir de ingredientes autóctonos de la Patagonia, como la queratina extraída de la lana de oveja y antioxidantes del calafate. Su propuesta no solo destaca por su innovación biotecnológica, sino también por su firme compromiso con la sustentabilidad.

¿Cómo surgió la idea de Cosméticos Kénos y por qué decidiste trabajar con ingredientes como la queratina y el calafate?

Jamás imaginé que terminaría desarrollando productos de cuidado de la piel. Durante mis años universitarios, mis intereses estaban más ligados a la música: incluso soñaba con tener un estudio de grabación. Estudié ingeniería comercial porque sentía que me daría las herramientas necesarias para emprender cualquier tipo de negocio, fuese cual fuese el rubro.

La idea de Kénos nació cuando un excompañero del colegio, ingeniero en biotecnología, me contactó. Me comentó que había desarrollado un método para extraer queratina desde lana de oveja y creía que podía tener potencial en la industria cosmética. En un principio solo le ofrecí mi opinión, pero seis meses después, él y su socio me invitaron formalmente a integrarme al proyecto. A partir de ahí comenzamos a construir desde cero lo que hoy es Cosméticos Kénos.

¿Cuáles fueron los principales desafíos que enfrentaste al iniciar el emprendimiento y cómo los superaste?

Como en muchos emprendimientos, uno de los principales desafíos fue el financiamiento. Al comienzo disponíamos de muy pocos recursos, así que dedicamos gran parte de nuestro tiempo a postular a fondos públicos, como los de CORFO y Startup Chile. Esto implicó aprender a elaborar formularios, grabar videos y preparar presentaciones atractivas que mostraran el valor del proyecto.

Gracias a estos esfuerzos, logramos obtener financiamiento de Startup Chile, lo que nos permitió fabricar nuestros productos en un laboratorio autorizado por el ISP y dejar atrás los procesos artesanales. Otro gran desafío fue la venta online. Aunque tenía una formación en ingeniería comercial, no sabía cómo desarrollar un e-commerce, cómo atraer tráfico a una página web o cómo diseñar campañas publicitarias eficaces. Por ello, decidí aprender todo lo necesario por mi cuenta y me dediqué durante mucho tiempo a buscar información, referentes y capacitarme en marketing digital, publicidad, mailing y diseño web.

La sostenibilidad es un eje clave hoy en día. ¿Cómo aseguran que el proceso de producción de sus cosméticos sea amigable con el medioambiente?

Desde el inicio supimos que no podíamos mirar hacia otro lado respecto al impacto ambiental. Queríamos que, en la medida de lo posible, nuestras operaciones fueran responsables con el entorno. Hoy en día trabajamos con lana certificada proveniente de la región de Aysén, la cual es recolectada por un emprendimiento liderado por mujeres, en colaboración con pequeñas estancias familiares.

Asimismo, desarrollamos un proceso de extracción de queratina de alto rendimiento para minimizar los residuos. Recientemente obtuvimos un fondo de Innova Región que nos permitirá implementar un método de extracción aún más sustentable, capaz de reutilizar insumos casi infinitamente.

Por otro lado, compensamos el 100% del plástico que ponemos en circulación gracias a nuestra alianza con la organización Todo Reciclamos. Además, trabajamos con Fundación Reforestemos, a través de la cual hemos financiado la plantación de más de 600 árboles nativos.

¿Qué distingue a Cosméticos Kénos en un mercado tan competitivo como el de la cosmética?

Son varios los aspectos que nos diferencian. Uno de ellos es el enfoque territorial: todo en Kénos tiene su origen en la Patagonia. Uno de mis socios es de Punta Arenas y desde allí vimos un potencial inmenso en ingredientes como el calafate y la lana de oveja. Esa identidad territorial es parte esencial de nuestra marca.

Otro aspecto diferenciador es la ciencia detrás de nuestros productos. Cuando diseñamos un producto, entregamos a nuestros bioquímicos un briefing detallado con las concentraciones mínimas necesarias para lograr efectos reales. Queremos que cada ingrediente cumpla una función concreta, no solo que aparezca en la etiqueta como estrategia de marketing.

¿Cuáles son tus proyecciones para los próximos cinco años y cómo planeas seguir innovando?

Tenemos muchos planes a mediano plazo. Hasta ahora nos hemos enfocado principalmente en productos para el rostro, pero queremos expandirnos a otras categorías como el cuidado corporal y capilar.

Por supuesto, todo esto requiere formar un equipo sólido y comprometido. Para crecer, hay que saber delegar y rodearse de personas que dominen áreas que uno no necesariamente maneja.

Uno de nuestros principales desafíos sigue siendo la competencia con grandes marcas, que muchas veces tienen un posicionamiento automático en la mente del consumidor. Frente a eso, creemos que la clave está en comunicar de manera honesta y transparente quiénes somos y qué hacemos. Desde el inicio he intentado mantener una conexión directa con nuestros clientes, respondiendo correos personalmente y apareciendo en nuestras redes sociales. Mostrar a la persona detrás de la marca genera una relación diferente con la audiencia.

Finalmente, ¿qué mensaje entregarías a quienes están pensando en emprender en el rubro de la sostenibilidad o en general?

Emprender no es fácil, pero tampoco lo es trabajar toda la vida en algo que no te apasiona. Si vas a dedicar tu energía, que sea a algo que realmente te motive. Y si tu emprendimiento busca aportar a un mundo más sostenible, mejor aún. Lo importante es hacer las cosas con sentido y no tener miedo de mostrarse.

La clave es construir una marca auténtica, generar relaciones humanas reales y marcar una diferencia, aunque al principio parezca pequeña. Eso, con perseverancia y visión, termina generando un impacto mayor al que uno imagina.

La historia de Ignacio Barros y Cosméticos Kénos es un claro ejemplo de cómo la innovación, la conciencia ambiental y la perseverancia pueden converger para dar vida a un emprendimiento con propósito. Desde sus inicios inesperados hasta convertirse en una marca que destaca por su identidad patagónica y su compromiso con la sustentabilidad, Kénos representa el espíritu de una nueva generación de emprendedores: creativos, responsables y profundamente conectados con las necesidades del entorno.

Conoce Cosméticos Kénos aquí