La innovación es clave para el desarrollo económico y social sostenible, aumentando nuestra productividad y mejorando las condiciones de vida. Tras participar en el programa Innovation Day de Chilemass en Boston, comprendí la importancia de articularnos con agentes de cambio y liderazgo, donde las mujeres pueden desempeñar un rol crucial.
Sin embargo, en Chile, las estadísticas son preocupantes: solo un 32,5% de la población emprende, y menos del 25% de estos emprendedores son mujeres, según Corfo. Esta realidad ha mantenido a las mujeres al margen de la innovación y de las áreas de Investigación y Desarrollo (I+D), perpetuando estereotipos que cuestionan su capacidad empresarial.
A pesar de estas barreras, las mujeres están comenzando a visibilizarse y a reclamar su espacio en el ecosistema emprendedor. Según el Global Entrepreneurship Monitor, muchas mujeres inician su camino empresarial después de los 39 años, evidenciando cómo las obligaciones sociales aún limitan su autonomía. Es esencial empoderar a las niñas desde la infancia, brindándoles educación en diversas opciones profesionales y fomentando la autoestima para desafiar estos estereotipos.
Las universidades tienen un papel crucial en este proceso, promoviendo programas que incentiven el emprendimiento y la participación femenina en ciencia y tecnología. La presencia de mujeres en la innovación no solo enriquece el proceso creativo, sino que también impulsa el crecimiento económico y mejora la calidad de vida en nuestra sociedad.
Las mujeres ofrecen perspectivas únicas y soluciones innovadoras que pueden transformar el mercado y hacerlo más inclusivo. Es vital apoyar iniciativas que fortalezcan la representación femenina y rompan la brecha de género en la innovación. Al hacerlo, beneficiamos no solo a las mujeres, sino a toda la sociedad.
Debemos también movilizar y cambiar la mentalidad de las empresas, construyendo confianza y transparencia, y fomentando una cultura de innovación que impulse la transformación organizacional. Promover la participación femenina en la innovación corporativa es, por lo tanto, un paso fundamental hacia una sociedad más equitativa.