En un espacio de discusión económica era inevitable que en algún momento habláramos de pensiones que es un tema bastante complejo y donde no soy especialista, pero creo que algo puedo aportar.
Lo primero es entender por qué los distintos esquemas, reparto, ahorro individual, u otro, son obligatorios. Lo que ocurre es que es impensable que un Estado abandone a los adultos mayores y, por lo tanto, debe encontrar la forma de financiar su vejez. Los distintos esquemas nos fuerzan a contribuir pues probablemente si no fuera obligatorio no lo haríamos. Así pues, no es correcto dudar respecto a la propiedad de los fondos en un esquema de ahorro individual, sino que lo que ocurre es que su uso la ley lo restringe a pensiones, para evitar una presión mayor sobre el Estado.
Es indudable que las pensiones actuales son bajas, pero la solución no resulta obvia. Aportar fondos públicos al sistema nos lleva a evaluar el costo oportunidad de tales fondos, es decir, lo que se deja de hacer por mejorar las pensiones. Por otra parte, es absolutamente cierto que el sistema de ahorro individual no ha cumplido las expectativas que sobre él se hicieron en un comienzo, sin embargo, no resulta lógico abandonarlo en ausencia de un esquema mejor.
Los especialistas han identificado varios elementos que hacen que el sistema genere pensiones bajas. Uno de ellos es que se ha incrementado nuestra expectativa de vida y, por lo tanto, lo contribuido tiene que financiar un periodo mayor. Siempre es conveniente extremar el argumento para ver qué tan robusto es. Por ejemplo, sin nuestra expectativa de vida se extendiera a los 120 años, obviamente, jubilarnos a los 65 no resultaría lógico. Otro elemento que se indica son las lagunas previsionales, o sea aquellos períodos en que no se contribuye al sistema porque, por ejemplo, la persona no tiene trabajo en el sector formal. En este tema hay que entender que el esquema no hace salir dinero de la nada, por lo tanto, menores aportes llevan naturalmente a menores pensiones. Por lo tanto, se ha planteado que se debe estudiar la edad de pensión y buscar un mecanismo para reducir lagunas.
Un elemento adicional que contribuye a reducir las pensiones es la baja sensibilidad de los cotizantes a la rentabilidad de los fondos ofrecida por las distintas AFPs. El problema es que los cotizantes no responden suficientemente al precio ofrecido porque ven muy lejano el retorno de tal decisión, lo que reduce la competitividad del sistema. Para enfrentar este problema, algunos especialistas han planteado licitar grupos de cotizantes entre las distintas AFPs, sin embargo, otros especialistas han planteado reparos porque se le quita al cotizante su derecho preferente a elegir.
Un argumento que se esgrime frecuentemente en favor de los sistemas de reparto es que las Fuerzas Armadas tendrían un sistema de ese tipo, mientras que el resto de la población no tiene acceso a ese esquema. Si bien es cierto que las Fuerzas Armadas tienen un sistema particular, hay al menos dos consideraciones que deben hacerse:
- El sistema responde a un tipo de trabajador muy particular. Uno que trabaja con grandes inversiones del Estado y no resulta lógico delegarle esa responsabilidad en su tercera edad.
- El sistema recibe un importante aporte estatal y sería infactible que un aporte equivalente estuviera disponible para el total de la población.
En este punto, lo que sí puede hacerse es estudiar si todas las Fuerzas Armadas satisfacen el punto 1 o existen algunos roles críticos. De todas formas, por el punto 2, una reforma en este tema tendría un efecto relativamente menor, dado el tamaño de la población afectada.
Otro argumento que se escucha frecuentemente es que el esquema actual no es un esquema de seguridad social, sino que estaría diseñado para robustecer el sistema financiero. En mi opinión, es cierto que robustece el sistema financiero, pero yo lo veo como una externalidad positiva, pues permite una mayor inclusión financiera, al facilitar, por ejemplo, el acceso a créditos hipotecarios o de otro tipo.
Así pues, lo que en mi opinión sí puede hacerse es estudiar introducir algunas optimizaciones al sistema actual, discusión que abordaremos en la próxima columna.